Se desaconseja darle miel a los menores de 12 meses (algunos autores la desaconsejan por debajo de los 2 años) por el riesgo de botulismo, ya que la miel puede contener esporas de Clostridium botulinum que no pueden ser destruídas por el sistema digestivo del bebé.
Algunas empresas de Estados Unidos y Reino Unido incluyen en el etiquetado de los envases de miel el aviso de “producto no indicado para niños menores de 12 meses”.