La lactancia materna disminuye el riesgo de cáncer de mama, y esta disminución del riesgo es más acusada cuando la lactancia se mantiene más de un año.
Si la mujer ha sufrido un cáncer de mama y posteriormente quiere amamanta, pueden darse varias circunstancias: si se le han extirpado los dos pechos (mastectomía doble), lamentablemente no podrá amamantar; pero si solo se ha visto afectada una mama y ya no hay tumor residual, puede amamantar tanto con el pecho sano como con el afectado si ha habido tratamiento conservador, aunque si este último ha sido irradiado puede producir menos leche y puede ser que ésta sea rechazada por tener un mayor contenido en sodio que la leche del pecho sano, pero con la mama sana se puede conseguir una lactancia materna exclusiva con un adecuado asesoramiento.
